¡Viva el Huapango!
Año 1 ------- Junio de 2015 ----- Santiago de Querétaro, Qro. ----- No. 4
Año 1 ------- Junio de 2015 ----- Santiago de Querétaro, Qro. ----- No. 4
Huapango en Querétaro
Desde hace quince años el
Comité Organizador del Festival de Huapango Arribeño y Cultura de la Sierra
Gorda decidió buscar un foro para realizar actividades con el fin de captar
recursos económicos que permitan la realización de dicho festival, mismo que se
lleva a cabo los días 29,30 y 31 de diciembre de cada año en El Real del Xichú,
cabecera municipal de Xichú, Gto.
El culmen del festejo es
la despedida del viejo año y la bienvenida al siguiente, el cual consiste en la ya
tradicional topada.
Mientras el fin de año
llega, vamos a bailar huapango al Centro Cultural Casa del Faldón, ubicado en la otra banda, en el barrio de San Sebastián, frente al templo del mismo nombre.
Cartel tomado de Facebook @Huapango arribeño Xichú
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Editorial
El Destino
Ser huapanguero arribeño
es toda una gracia. El señalado deberá cumplir varias condiciones. El primero
es tener sangre serragordense o planeña. El segundo pero más importante,
ser tocado por el Destino.
Hay otras virtudes que
caracterizan al guitarrero, como también se le conoce, empezando por el
talento, la capacidad de análisis y pensamiento crítico… la sensibilidad
necesaria para identificarse con la raza, con sus necesidades, sus deseos y
hasta con sus sentimientos.
Aún hay más. El llamado
del destinado se da cuando al ver y oír tocar los sones con el conjunto
arribeño sienta el cosquilleo, la tentación de acariciar y pulsar la guitarra
quinta así como la necesidad de expresar sus emociones, sus ideas tal como lo
hace el pueta que está en el tablado.
Sus habilidades deben incluir la facilidad para improvisar en rima.
El tema de expresión
queda al libre albedrío del trovador, más sabe la gran responsabilidad que
carga en sus espaldas, pues ya no es sólo él. En la tocada son sus tres
acompañantes, su auditorio y él mismo.
Les recordamos que
estamos con ustedes a través de Radio Universidad con el programa ¡Viva el
Huapango! LOS ESPERAMOS.
El
Editor
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El
huapango arribeño
En la región de la Sierra
Gorda, cuyo territorio abarca municipios como San Luis de la Paz, Victoria,
Santa Catarina y Xichú por la parte guanajuatense; Peñamiller, Tolimán, Pinal
de Amoles y Arroyo Seco por el estado queretano; así como Cerritos, Rioverde, San Ciro de Acosta y Cd.
Fernández en el plano potosino, desde hace muchos años se interpreta y ejecuta
un estilo poético-musical denominado son rioverdense o huapango arribeño.
La denominación no es
relevante en este momento, aquí lo que resaltaremos es, a grandes rasgos, la
estructura que compone una pieza de este género.
Una pieza arribeña se
compone de tres partes a saber: Poesía, valona y finalmente un jarabe o un son.
La poesía está determinada a partir de una planta
de cuatro, cinco o hasta seis versos. A partir de esta planta, el poeta
declamará algunas décimas cuyo número máximo no está determinada, pero deben
ser al menos cinco. Todas ellas tendrán en su último verso, el primero de la
planta.
La entonación es marcada
por el guitarrero y el son será el mismo a partir del cual los músicos
ejecutarán entre décima y décima.
La valona también será interpretada conforme a
una planta o pie forzado. En este caso llamado así debido a que cada décima
concluye con cada uno de los versos que conforman la planta en el orden que la
componen y serán tantas estrofas como rimas contenga el pie forzado.
Finalmente, después que
el guitarrero marca tres o cuatro azotes indicando que el valoneado terminó,
los vareros llevan la pieza a su fin interpretando un son o jarabe.
Es necesario mencionar
que la estructura de la poesía está determinada por la décima, salvo en el son
y el jarabe, cuya métrica de los versos podrá comprender el octosílabo o ser
compuesta, es decir, tener diez, doce, catorce o más sílabas.
La estructura de las
rimas son de la forma ab, ba, ba, ac, cd, dc debiendo ser consonante, también
denominada rima perfecta o total.
Esta se refiere a que entre dos o más versos los fonemas de las últimas sílabas coinciden a partir de la vocal
acentuada.
De dónde vino, bien no se sabe
Pero es la estrella en el fandango.
Porque se goza al bailar huapango.
Da gusto hacerlo, ni duda cabe.
Llegó por altamar en alguna nave
Pero ¿qué tipo de embarcación?
Más como sea todo es cuestión
De disfrutarlo cuando lo oímos
Y de este modo en coro decimos…
VIVA POR
SIEMPRE LA TRADICIÓN
La sonería, aunque parezca monótona por el
ritmo de las ejecuciones, tiene su parte interesante por la gran cantidad de
elementos que descubren al ejecutante de la instrumentación así como al
trovador, y en lo personal, siento que es más fácil percibirlos cuando se
escucha, se baila y se tararea una pieza arribeña.
(PPH)
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Anecdotario
Las
primeras veces que toqué en Xichú, hacían los tablados afuera de un salón
grande, después los cambiaron al jardín. El modo como llegué fue que en “La
Rata Muerta”, una cantina de San Luis, conocí a Jesús Núñez, ese hombre venía a
vender aguacate y otras cosas, andaba como con otros seis. Ahí estaba esa
parranda cuando entramos con nuestros instrumentos:
-¿Saben
tocar?
-Poquito,
una canción, un huapango.
-¿A
poco tocan huapango?
Empezamos
a improvisar versos y como les gustó nuestro modo fuimos a saber por allá.
Estaba retirado.
Una
de las últimas veces que fui, antes de comenzar, me dijo Antonio (por eso nunca
nos poníamos de acuerdo en nada):
-Tocayo,
aquí hay más de cien gentes grabando. ¿Cómo ves? ¿te gusta que te graben?
-Sí,
qué tiene.
-A
mí no me gusta, porque cantas esto, lo otro y mañana ya lo traen ellos. Cómo
ves si cantamos poesía de lo que sea, pero que la planta no concuerde con el
tema de las décimas, así qué ganan con grabar…
-Me
gusta tu idea, Toño. (Yo nomás por el respeto que le tenía)
Comenzamos
y pasamos la mayor parte de la noche en esa forma, pero a las cuatro de la
mañana, cansado y fastidiado de hacer esas travesuras, canté una poesía
completa de la llegada de Cortés y que se me enoja:
-¿En
qué quedamos?
-No
te enojes, tocayo, vamos a seguir igual
Así
amanecimos cantando la planta por un lado y las décimas por otro.
El trovador
sagaz: don Antonio Escalante
Poetas y
Juglares de la Sierra Gorda. Crónicas y conversaciones
Eliazar
Velázquez
Pp. 160-162;
Edic. La Rana, Guanajuato, México; 2004
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Guitarrero de mano encendida
Así
deberá ser el músico pilar del grupo arribeño. Es obvio que por sí solo, el
guitarrero no dará el mismo resultado que cuando es acompañado por los dos
vareros y el vihuelero o jaranero.
Cada
uno de ellos cumple su parte y cada quien es importante para el jolgorio, el
bullicio y el regocijo de cuantos participan en la fiesta.
El
vihuelero o jaranero replica en su instrumento los rasgueos y azotes que el
guitarrero hace en el propio en el propio, ejecuta con gran pasión, dando mayor
sonoridad.
En
las varas, uno asegundará al otro,
dando con esto brillantez y aumentar la excitación en los bailadores para
ejecutar sus mejores pasos cuando se trata de situaciones festivas.
Volviendo
al pueta, él se encargará de marcar
el paso en las interpretaciones. Lleva, literalmente, la voz cantante y
sonante. Para ello se auxiliará de sus poesías que pueden ser improvisadas o
previamente escritas. En el primer caso, la
causa de su inspiración será en parte gracias a los elementos situacionales.
Es decir, se coloca en el contexto motivo de su participación.
Con
su voz, además de su guitarra, podría tomar parte en los tres fragmentos que
componen la pieza arribeña, aunque la tradición lo obliga a ser el artífice
tanto en la poesía como en la valona.
Su
talento es nato y se desarrolla conforme a las circunstancias que experimente,
en tanto que complementará sus fundamentos siendo observador, curioso, inquieto
y desde luego incansable lector interesado por empaparse de sapiencia. Es de
resaltar la sabiduría de muchos viejos huapangueros quienes, pese a no haber
tenido la más elemental instrucción escolar, aprendieron a leer y escribir
empujados por el deseo de abrevar en libros que trataran temas tanto
científicos como históricos. Así fue como, para tener temas que les permitieran
cumplir un compromiso, aprendieron sobre la segunda Guerra Mundial; la
Revolución Mexicana; vida de personajes como Miguel Hidalgo y Costilla;
aspectos de astronomía; de historia Sagrada, siendo en este caso La Biblia su
principal apoyo, entre otros.
El
guitarrero curtido sacará adelante un compromiso con los parabienes en una
boda; aporreará sin piedad a su contrincante en la topada y después,
caballerosamente, le pedirá disculpas por haberlo maltratado. El sentimiento
hará presa de la concurrencia al escuchar la versería en una velación patronal
o la dedicada al difunto cuando de velorio se trata.
El
guitarrero de mano encendida, con pasión nos contará muchas cosas y nos hará
reparar en aquellas que pasan desapercibidas porque ese es su Destino.
(PePeHuapango)
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Los Leones de la Sierra
de Xichú
Guillermo Velázquez____ trovador y quinta
Huapanguera
María Isabel Flores___ cantante y bailadora
Mario González___ primer violín
Nicasio López___ "Cacho"-segundo
violín
Arturo Lara____ jarana
Vincent Velázquez___ bailador
Es agosto de 2008, una
mañana muy agradable en la casa de Guillermo Guevara, exvarero de los Leones de
la Sierra de Xichú. Él nos platica cómo surge el grupo: “Los Leones de la Sierra aquí se formaron, porque aquí lo hay, el león…
Empezamos como en el sesentaiocho, o pue’que antes y éramos Mauro González y
unos huapangueros de San Ciro que fuimos a alternar con un grupo norteño en Río
Bravo, Tamaulipas, que se llamaban los Téllez, nos pedían un nombre y yo
inventé el de Los Leones de la Sierra y ya después seguimos con el título...
éramos yo, León Lara, Mauro y Ángel González… Guillermo Velázquez entró al
grupo por ái por 1979… en el 97 me salí…Velázquez retomó el título, pero no
tienen ningún elemento de los que empezamos”
Cuatro décadas después Los Leones se mantienen vigentes con la misma música que les dio
origen, el huapango arribeño. Bajo la dirección de Guillermo Velázquez como
guitarrero, poeta y trovador, el grupo, contrario a lo que ocurre con la
inmensa mayoría de los intérpretes de música tradicional, se ha convertido en
un icono representativo del también llamado
son rioverdense, en varios escenarios del mundo.
El grupo ha sido un
parteaguas en la forma de ver el huapango arribeño, ya que Guillermo propone el
ensamblaje musical con otros géneros para llegar a contextos muy diferentes al origen de esta expresión musical. De esta manera, en las grandes urbes de México y muchos lugares del
mundo, se sabe de la existencia de un género que antaño solo se tocaba en las
bodas, aniversario de ejidos, fiestas patronales de comunidades inmersas en la
Sierra Gorda y sus alrededores.
Rusia, 1985. Primer viaje
al extranjero. Festival Mundial de la Juventud.
Puerto Rico, 1988. Primer Encuentro de Trovadores del Caribe.
África, 1989. Diversos foros: Kenya, Tanzania, Mozambique, Zambia
y Zimbabwe a invitación de A.A.L.A.E (African Asociation For Literacy an Adult
Education).
Son las primeras
participaciones fuera del país y la lista es larga, por lo cual enumeramos
sucintamente su trayectoria.
Además de cumplir compromisos con el público más conocedor del
huapango arribeño en bodas, quinceaños,
fiestas patronales, topadas, velaciones, etc., en la Sierra Gorda y sus
alrededores, han tenido participaciones en diversos foros culturales como el
Festival internacional Cervantino; Jornada Iberoamericana de Niños y Jóvenes
Poetas, Troveros y Versadores; Cuba; Islas Canarias; Chile; Estados Unidos de
Norteamérica, Festival de la Huasteca y muchos otros.
Durante estos años han formado
parte de los Leones, diversos músicos. Los iniciadores, según don Guillo
Guevara, él con León Lara (+) y los hermanos González: Ángel y Mauro; después,
encabezados por Guillermo Velázquez han sido integrantes Javier Rodríguez, don
Eusebio “Chebo” Méndez (+), don Sebastián Salinas (+), don Joel Monroy, J. Inés
Suárez, Mario González y Nicasio “Cacho” López. Como bailadores doña Isabel
Flores Solano quien además interpreta como primera o segunda voz, don Benito
Lara (+) y últimamente Vincent Velázquez, entre otros.
-PePeHuapango-
Información de los integrantes de Huapango Arribeño Xichú
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La Topada
El clímax del son arribeño
Son las cuatro de la tarde. De la pequeña iglesia del ranchito sale una
pareja de recién desposados seguidos por sus familiares, amigos, conocidos y
vecinos en general. Afuera, a la entrada, un grupo musical de vara comienza una
pieza (polka) que se prolonga por varios minutos, ya que dura hasta que llegan
al lugar del huateque todos los que salieron del templo y los que se agregaron
durante el trayecto. Novios y familiares atienden a sus visitantes sirviendo
platillos con mole, arroz, pollo, barbacoa y carnitas; chiles envinagre pa’l
que quiera más picante y tortillas (de tortillería porque está pesado hacer
tanta y no alcanza el tiempo). Los comensales se acomodan con su plato donde haiga lugar. Mientras los músicos,
sentados en unas sillas de plástico, siguen toca y toca piezas, valses y uno
que otro sonecito que de vez en vez sirve para que el trovador cante un verso
dedicado a los novios o a sus papases.
Empieza a oscurecer. Los músicos se levantan y enfilan hacia el corral
(sin tocar) donde hay dos tablados, uno frente al otro con un entarimado en
medio para los bailadores. Allí, trepados en un tarango, se encuentran sentados
otros músicos de vara que afinan sus instrumentos. Los que vienen de la casa se
dirigen hacia el tablado de enfrente. El corral está iluminado por unos
potentes reflectores que trajo el novio, recién llegado del Norte, y servirá
para aluzar toda la noche que dure el enfrentamiento, porque eso es lo que
habrá: UNA TOPADA, es decir un enfrentamiento poético-musical entre los dos
guitarreros.
Pocos minutos después, apenas llegan los novios y sus invitados al lugar
donde será el baile, el guitarrero del grupo que subió primero al tablado empieza
una planta saludando a los novios. Así arranca
la topada.
La música (el grupo) que comienza puede ser
apalabrada previamente, aunque hay reglas no escritas. Como en el caso de boda
o fiesta familiar, donde se acostumbra que sea la que trajo el padrino. En otros casos se elige mediante un sorteo, lo
define el organizador o simplemente lo hace el conjunto que suba primero al
tablado.
Sus primeras participaciones serán de presentación
del conjunto, saludados y bienvenida
tanto a la concurrencia como a los organizadores e incluso al otro grupo.
Después viene el tema de fundamento que durará hasta
la madrugada. Para esta parte de la topada, el cantador deberá estar muy léido (informado) si no quiere ser
zarandeado por el contrincante. En las bodas, dedican varias piezas con buenos
deseos a los desposados apoyándose en historia sagrada, tomando pasajes
bíblicos relacionados al tema nupcial. Son los parabienes. De esta forma cubren
este segmento.
A qué horas cantas gallito
que ya es en la madrugada,
quiero que con tu tonada
nos diviertas un ratito.
Para levantar el ánimo y arrancar risas y gritos de
gusto viene el aporreón o bravata. Los poetas empiezan a meter versos picantes,
cocoreándose entre sí, en tanto los
músicos también se espolean con sus
pares contrarios. Los tonos musicales que se utilizan son re, do, la y sol
conforme a un reglamento. Las poesías y valonas contienen frases a propósito
buscando maltratar al poeta de enfrente ya que se dicen cosas ofensivas pero con
gracia. De este modo el sueño desaparece y los bailadores se animan todavía más
para seguir bailando hasta el amanecer. Si todavía hay gusto, los músicos para
despedirse tocan alguna polca o un son. Al bajarse del tablado, si hay amistad,
los músicos se buscan para darse los buenos días y hasta para pedirse disculpas
por lo dicho en las versadas.
-PPH-
Versos tomados del libro “Yo también soy de talento”, Poesía de
Don Guadalupe Reyes;
Unidad Regional de Culturas
Populares de Querétaro; 2000.
Grandes Huapangueros
Don Lupe Reyes,
poeta por destino
Soy campesino soy
labrador / labro la tierra con grande esfuerzo,
a mis amigos les
canto un verso / porque tengo algo de trovador.
J.
Guadalupe Reyes Reyes nació en El Refugio, municipio de Arroyo Seco, Querétaro,
el 1 de Septiembre de 1931. Su padre se llamaba Jerónimo y su mamá Dolores
Reyes. Don Lupe quedó al cuidado de su abuela materna y su tío Matías Reyes a
la edad de dos años. Aunque juguetón, como todo niño de campo, empezó a
trabajar apenas pudo caminar. Su tío, hombre muy estricto, no quiso mandarlo a
la escuela, lo puso “a cuidar animales,
darles el maíz, trairlas a encerrarlas, darles la’gua; llevarle unos burros,
unos puercos, y bueno, ese era mi deber. Hiciera frío o calor… Pero yo comía,
yo bien agusto, ‘ta uno inocente…
…Mi comienzo en
conocer el destino de trovador fue a
los 21 años. Me inspiré oyendo a los que
sabían, unos señores que visitaban a mi abuelita y a mi tío, platicaban
cuentos, pasajes de la vida... Luego iban otros, ¡órale! Oía aquello tan bonito
que de veras me inspiraba. Un día le pregunte a mi abuelita ¿y cómo hace ése
hombre para saber tanto? Habla cosas muy preciosas.- Ése hombre sabe leer,
tiene libros de historia, - ¿y cómo se hace?
Quisiera llegar a saber. - Primero se enseñan a leer, luego aprenden en
los libros. - ‘tonces le platico a mi tío que yo quería aprender a leer. Mi tío
no, dice, eso no le sirve. Que se enseñe a trabajar en el campo porque con eso
nos mantenemos, eso de la escuela, eso no le sirve...Y luego entonces que me
compra un silabario ella, con un señor que era comerciante, y una señora me
enseñó las vocales, ¡pero a escondidas de mi tío! Como tanto me gustó la
lectura unos señores me prestaron unos tomos de historia sagrada, luego sobre
astronomía… Por ese entonces empecé a oír a
poetas, después me gustó el canto y como mi tío no sabía letra, en los
velorios yo le leía las alabanzas… Mi conocimiento en las topadas comenzó
cuando me desencaminé a oír a los músicos y poetas de ese tiempo. En El Órgano,
La Trinidad, Arroyo Seco, Concá… Empecé a hacer versos nomás a lo loco se me
venían unas palabras. Me fue gustando. Me hice guitarrista. Había un señor que
tenía una guitarra y la vendía, valía ochenta pesos. Cuando ya andaba tratando
de entender la décima, Don Boni (mi
padrastro) en Rio Verde me llevó con un poeta (Don Melitón) para que me vendiera
unas poesías, -no vendo poesías le contestó el hombre mejor que se enseñe, le
voy a dar el norte-. Ya que hice los primeros versos me creía mucho, y fui a
cantar al Quelital… Pasados unos días vino un señor de San Ciro, me dijo que mi
versería no servía, que andaba desmetricado, -le voy a dar la clave para que
haga bien sus versos-, el hombre se llamaba Rosalío Ruíz. Me vine y empecé a
hacer versos, unas poesías las arregle poquito a poco. Los poetas que me
empezaron a inspirar fueron don Rosalío, don Tranquilino, don Antonio García,
don Mauro Villeda y Nicolás Montalvo. La primera topada la hice aquí en el Refugio, con Emeterio Guillen, caía
el año 1963”.
Don Lupe, es autor de un
gran número de poesías, participó en muchas topadas, conoció muchos lugares,
hizo muchas amistades, cumplió satisfactoriamente con su destino de trovador, Actualmente
vive en el Refugio, el lugar que lo vio nacer. Desde hace más de dos décadas forma
grupo con sus hijos. En el primer violín, Miguel; Vicente en el segundo, Gualberto
ejecuta la vihuela. Ya que desde pequeños los tres al igual que Don Lupe
heredaron el cariño al trabajo del campo y el gusto por la música, es decir el amor al destino de huapanguero.
La Nación le reconoció su labor en 2006, al otorgarle el Premio Nacional de las
Ciencias y las Artes, categoría de Artes y Tradiciones Populares.
Cecilia Tello Zúñiga
Bibliografía: Poetas y Juglares
de la Sierra; Eliazar Velázquez; La Huasteca. Un paraíso compartido,
José Guadalupe Arvizu OlaldeCecilia Tello y don Lupe Reyes. Fotografía José Guadalupe Arvizu
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Arroyo Seco
Los primeros habitantes de la región se
establecieron debido a que las tierras eran muy fértiles, dando inicio a un
mestizaje provocado por la llegada de diferentes grupos indígenas, entre ellos
los chichimecas, atraídos por la generosidad de la región. La zona minera fue
ambicionada por los mexicas y purépechas hacia el año 400 d. C., mas los
chichimecas, destacados por sus dotes guerreras, los rechazaron al poco tiempo
de sus intentos por apoderarse de las minas. Finalmente solo quedó el pueblo
pame en la región de Arroyo Seco.
La región estuvo supeditada al señorío
de Oxitipa, cuyo centro de mando se ubicaba en lo que es actualmente Ciudad
Valles. Moctezuma Ilhuicamina extendió sus dominios hasta estas tierras, por lo
que los pames se convirtieron en tributarios del emperador hasta la llegada de
los españoles, quienes derribaron el imperio azteca.
Hacia 1532, el español Nuño Beltrán de
Guzmán asoló la región. Los frailes agustinos y franciscanos intentaron
cristianizar a los indígenas, sin embargo, la crueldad de los españoles
provocaba que los indios se rebelaran. Resentidos contra los colonizadores, los
aborígenes se refugiaron en las montañas buscando las barrancas más
inaccesibles.
Por medio de una encomienda, Pedro
Guzmán encabezó el primer poblamiento español en la hacienda de San Nicolás
Concá alrededor de 1540, en un territorio que abarcaba gran parte de la Sierra
Gorda y de lo que es el estado potosino actual.
Los acontecimientos sociales, poco o
mucho, llegaron hasta esta parte de Querétaro. Durante la época revolucionaria,
las designaciones de líderes de los ejércitos de uno y otro bando, no siempre
fueron los idóneos, de ahí que convertidos en vulgares bandidos, los llamados
generales dirigían acometidas siempre en busca de botines que satisficieran sus
ambiciones. En este contexto, existió un general potosino, Saturnino Cedillo,
quien en toda la Sierra Gorda y la Zona Media Potosina se caracterizó por su
crueldad, escudado en el movimiento revolucionario, no escapando a sus ataques
Arroyo Seco al que saqueó e incendió, asesinando a muchos hombres inocentes. El
último de sus ataques fue dirigido a la hacienda San Nicolás Concá en 1918, en
el que por fortuna, las fuerzas constitucionalistas de la Sierra acabaron con
Cedillo y su gente.
Medio siglo antes, el General Mariano
Escobedo tuvo su cuartel general en Arroyo Seco. De allí, el General salía a
combatir a las fuerzas realistas del General Tomás Mejía.
Arroyo Seco fue elevado a la categoría
de municipio en 1933.
La Huasteca. Un paraíso compartido
José Guadalupe Arvizu Olalde
Edición independiente con apoyo PACMYC
Pp. 113 y 114. 2009
Don Lupe Reyes en charla con don Polo Palencia (+), gran promotor del son arribeño.
Fotografía de José Guadalupe Arvizu Olalde
Templo en Purísima de Arista, Arroyo Seco, Qro.
Fotografía de José Guadalupe Arvizu Olalde
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