martes, 6 de octubre de 2015

Derechos Humanos de un Adicto

PARA ESTA OCASIÓN COMPARTO UN ENSAYO DE Ernesto Salayandía García, UN ESCRITOR QUE PLATICA DIVERSOS ASPECTOS DE LA PERSONALIDAD.

EN ESTE CASO, PONE SOBRE LA MESA LAS CIRCUNSTANCIAS QUE RODEAN A UN ADICTO Y LA VALIDEZ DE RESPETAR O NO SUS DERECHOS HUMANOS.

MI OPINIÓN ES QUE SI AMAMOS A UNA PERSONA QUE ESTÁ PERDIENDO EL RUMBO, BIEN SE JUSTIFICA UN CORRECTIVO A TIEMPO POR DURO QUE PUEDA PARECER.

AL FINAL DEL TEXTO, ANEXO EL ENLACE DONDE PUEDEN CONSULTAR OTROS TEMAS DE SU AUTORÍA.

Sábado por la noche. Hay una enorme variedad de drogas de alto impacto, drogas tan poderosas como el cristal, que es una metanfetamina procesada con otras sustancias tóxicas como ácido de batería o líquidos para desengrasar motores, hay las llamadas clonas, que como otras drogas, despiertan el sentido auditivo, es decir, tus oídos se vuelven cuadrafónicos y la vista genera un especial deleite por la nitidez y el brillo visual que llega al cerebro, colores en alta definición, sin olvidar el gran estímulo que recibe el cerebro, no hay que olvidar el tradicional churro de mota, esta hierba que te pone en contacto, en comunicación abierta estrecha y directa con la Santa Muerte y el mismito diablo, en complemento, el alcohol cuya cantidad de cerveza, combinada con whisky, tequila o red Bull, pone a las niñas y niños, peor que arañas fumigadas y así los vi este sábado por la noche, cuando fui a recoger a mi hijo Neto a una fiesta celebrada en una granja a las orillas de la ciudad de Chihuahua, estas niñas, muchas de ellas, drogadas, sustanciadas, torpes en sus movimientos, vomitando las llantas de un auto, orinando en la calle, mientras que los jovencitos, menores de 18 años, al término de la fiesta, apenas si podían caminar, hablando incongruencias, tambaleándose al caminar en bola, drogados, severamente anestesiados, mi hijo, gracias a Dios, no usa drogas, no fuma y tiene toda la información sobre las adicciones y otros temas. Estas niñas, buscándole el cascabel al gato, vestidas con ropa entallada, rabonas y enseñando su ropa interior, con un escote más abierto que el Cañón del Colorado, dejando ver hasta el ombligo y más allá, en ellas, la mayoría, la virginidad es cuestión del pasado, es lo que menos importa; drogadas, borrachas están a merced de cualquiera y que las traten como prostitutas.- ¿Y los papás?.
A mí no se me debe de olvidar. Así me tambaleaba como estos jóvenes, así se me entumía la mandíbula, así la quijada se trabaja, como ellos, de la misma manera, vomitaba en todos lados y la droga me robaba mi dignidad, hacía que me humillara y que perdiera el sano juicio, tuve que volverme loco. Maldita cocaína, me robó mi libertad, mi dignidad, mi sano juicio, perdí trabajo, salud, tiempo, dinero, y cuando veo un drogadicto o un grupo de ellos, mi pasado se hace presente, recuerdo mi compulsión, mi ansiedad y mi vida llena de incongruencias, recuerdo como sangraba de mis fosas nasales después de los atascamientos de cocaína, lo que generaba en mí, esos delirios de persecución, esos pensamientos y sentimientos encontrados, los delirios auditivos, los de persecución que nunca me dejaban en paz y los delirios visuales, todo ese esplendor lo volví a vivir el sábado por la noche, gracias a Dios tengo 16 años libre de cocaína, tenía una vida falsa, fui el rey de las máscaras, me hundí en la droga y me torné maniaco depresivo, vivo de milagro solo por la Gracia de Dios, me hice un severo daño y dañé a mis seres queridos, a mis seres cercanos, los daños son irreversibles y las consecuencias son huellas profundas en el alma, y como cualquier vil drogadicto, yo no entendía razones, no comprendía la dimensión de esta enfermedad maldita perversa del alma, los fondos no fueron suficientes, yo traté de matar a mi mujer, drogado, alcoholizado, parecía que esta poseído por el mismo demonio, lleno de ira, lleno de furia desmedida y tuve que vivirlo para comprender de lo que es capaz un adicto, y como si fuera una caricatura, yo exigía mis derechos humanos y mis derechos constitucionales.
La bola de cristal. Hubo una niña que se me quedó viendo, su mirada dilatada, fija, una expresión de asombro, característica de la cocaína y las clonas.- Secuestrada en sus adicciones.- Esta niña como muchas otras adictas, no saben que es progresivo, que entre más usas, más te metes, más quieres, no saben que de una sustancia te vas a otra y otra, te conviertes en metodista, desconocen que ningún hombre habrá de respetarlas, ni de tomarlas en cuenta, primero, por su vulgar manera de vestirse, sin dejar nada a la imaginación, segundo, por emborracharse y drogarse como si fueran sexys servidoras de cualquier congal, y estas niñas anduvieran en los brazos de uno y de otros, con el primo de un amigo, el hermano y hasta con el tío, y en una noche de pasión, quedará embarazada a temprana edad, antes de cumplir los 16 años, dará a luz sin saber quién es el padre y de saberlo, él cobardemente se lavará las manos, solo fue una noche de calentura, pasaran un par de años y volverá a embarazarse en las mismas circunstancias, y después otro y tal vez otro más, no se escapará de caer en el infierno de las drogas y andará, si bien le va, de un centro de rehabilitación a otro, llegara a tener serios problemas en su casa, será un conflicto permanente, una brasa ardiendo, tocará fondos, como la cárcel, el siquiátrico o tal vez el panteón.
Un drogadicto en casa. Sé que mis libros, algún día, se van a vender como pan caliente, hoy no están acorde a la información que hay respecto a esta enfermedad, la ignorancia es la comandante en jefe, pocos son los que aceptan tener un serio problema por su manera de beber y de usar drogas, los padres de una niña borracha, adicta al sexo y a las drogas, no quieren entender la magnitud del problema, dejan que crezca y después se dan cuenta de que su hijo, se les fue de las manos y sin duda alguna, difícilmente habrán de sacarlo del hoyo, mi libro, Un Drogadicto en Casa, ES DE GRAN UTILIDAD, para prevenir, igual, informar, orientar y concientizar a los padres y al mismo adicto a elegir un mejor camino, es una guía que en mi opinión debería usarse como libro de texto y como un manual en todo matrimonio, un drogadicto en casa, es sinónimo de destrucción, de maldición, es un verdadero infierno vivir al lado de un esposo borracho, adicto o tener hijos prendidos de cualquier sustancia, por desgracia la gente debe de vivir su propia experiencia y asimilar que un adicto lesiona gravemente los derechos humanos de las personas con quien vive, lesiona los derechos constitucionales, el codependiente, pierde su libertad y los daños que causa un adicto son irreversibles, daña la dignidad e integridad de la familia, la economía, no hay dinero que le alcance al adicto, todo se fuma, todo lo convierte en droga, llámese aparatos electrodomésticos, joyas, muebles y otros, la libertad se pierde, el adicto se convierte en maestro, los horarios, el lenguaje, disposiciones y roles, giran en torno a él y no al de la mayoría de la familia, la familia está en jaque, en hundimiento, se desintegra, se desmorona gracias al DROGADICTO EN CASA… y todo empezó en una fiesta, donde alguien lo invitó a drogarse, donde alguien le regaló una pastilla, un churro de mota o un jalón de cocaína, todo fue muy fácil y placentero, lo difícil y casi imposible, es salir de ese infierno, La Saliva del Diablo.- Cualquiera entra, pero no cualquiera sale.
El adicto es un enfermo. La Organización Mundial de la salud ha declarado al alcoholismo y a la dependencia de sustancias tóxicas, como una enfermedad. Adicción es una condición en la cual la persona desarrolla dependencias físico-psico-social de cualquier sustancia que altere el estado de ánimo. Provoca que una persona use droga para obtener una gratificación a corto plazo, pero implica un precio a pagar por la gratificación recibida. Cuando el adicto no está usándola, piensa, planea y ve cuándo volverá a consumir, formando esto parte de la obsesión que vive el individuo. El uso de sustancias tóxicas interfiere en la vida de la gente, provocando compulsión o extremada urgencia por volver a usarla una y otra vez a pesar de las consecuencias tan dolorosas que se presentan. La persona adicta usa la droga para eliminar el sufrimiento creado por el mismo uso. La adicción es el consumo de sustancias adictivas (alcohol, droga, etc.) que conduce a la persona a seguir consumiendo sin poder detenerse. La adicción se distingue del ‘uso’ de una droga, por la falta de libertad de elección por parte de la persona adicta. El consumo de drogas provoca que el enfermo adicto pierda su alternativa de elegir la frecuencia, la cantidad y la naturaleza del uso de la sustancia, por lo anterior y por más argumentos, un drogadicto, un borracho, un adicto, pierde su libertad, su sano juicio y sus derechos humanos y constitucionales, debe ser tratado como un enfermo, y no tiene elección, ni poder de decisión.
En Chihuahua, una total incongruencia de la CEDH. Una adicta, viola el bienestar común, como lo viola el muchacho drogadicto o el esposo borracho, bloquean la libertad y afectan los derechos humanos de la familia. Un adicto es capaz de golpear a su propia madre, se la pasa insultando, hiriendo a todos, y ahora, por recomendación de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en el estado de Chihuahua, no hay poder humano que pueda encerrar a un enfermo en un centro de rehabilitación o remitirlo a la comandancia de la policía municipal, porque se lesionan los derechos humanos del adicto, solo que el drogadicto firme y autorice que se le interne en un centro de rehabilitación, solo así y únicamente de esa manera, puede ser internado, de otra forma es meramente imposible, qué absurdo es que los “DERECHOS HUMANOS DE UN ADICTO” se defiendan tanto, olvidando todo el daño que un adicto le genera a su familia, olvidando que un ser drogado es una bomba de tiempo al volante, que irrumpe el bienestar familiar, que roba, insulta, daña y lesiona, ahora, muchos adictos no tienen la oportunidad de desintoxicarse, ni de rehabilitarse, porque ellos no autorizan que se les interne, todo ello, muestra la ignorancia de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, ojalá y le puedan preguntar a una esposa que es espiada, hostigada, humillada, golpeada por su esposo drogadicto que anda viendo moros con tranchete, que si ella lo quisiera anexar, simplemente seria imposible, porque el drogadicto no va a dar su consentimiento, entonces que siga el maltrato, los golpes físicos y emocionales, la denigración y todo el estuche de monerías, al fin y al cabo, los derechos humanos de la esposa o de las víctimas de un adicto, es lo que menos importa.

Yo me quejé amargamente de mis derechos humanos y constitucionales.Estuve tres meses en un centro de rehabilitación, de no haber sido por ello, yo estaría muerto o en la cárcel, por supuesto que sufrí el encierro, fue un proceso lento, duro y doloroso, sufrí por todo y por nada, fui víctima del síndrome de supresión, comencé a sangrar cada vez que iba al baño, padecí de severos dolores de huesos, la malilla en pleno apogeo, me quejaba de todo, del caldo espiritual, de dormir en el suelo, del baño, de las terapias, vaya, fueron tres meses intensos y cuando me subía a tribuna, me habría en canal y me quejaba y me quejaba de mis derechos humanos y de mis derechos constitucionales, hablaba y hablaba, hasta que un compañero me dijo.- Tú te quejas de tus derechos humanos y constitucionales y yo te pregunto, dónde estaban los derechos de tus hijos cuando te inhalabas el dinero por la nariz, donde estaban los derechos de ellos con el refrigerador vacío, sin zapatos, ni ropa, donde estaban los derechos humanos y constitucionales de tu mujer al tratarla como prostituta, golpeándola, humillándola, denigrándola, esos, sí son derechos, los tuyos.- Me dijo.- Son niñerías de un mediocre que de derechos humanos y constitucionales, no sabe absolutamente nada.- Lloras como un niño, tu problema es inmadurez y no has visto la magnitud de tus daños hacía tu familia, tú pisoteaste sus derechos.- Así pensaba yo hace 16 años cuando estuve anexado y mi experiencia en este trayecto de mi recuperación, me permite acreditar que un adicto no tiene derechos, ni humanos, ni constitucionales, primero, porque lesiona los derechos de otros, y segundo, debido a que no tiene sano juicio, ojalá y esta disposición que está vigente en el estado de Chihuahua, de que el adicto debe de autorizar su internamiento, sea denegada y si no, que hagan una encuesta a ver que piensan las esposas, las mamás, los hijos y los hermanos de los borrachos y los drogadictos en relación a sus derechos humanos.

Ernesto Salayandía García

Tomado de: http://crisiscreces.com/Inicio/2015/07/22/los-derechos-humanos-de-los-adictos/


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