sábado, 30 de mayo de 2015

La Atenas xilitlense

Xilitla
El sueño de Edward James
Como una más de las joyas del Sierra Madre Oriental, rodeada de diversas tonalidades verdes, con un eterno aroma a café que producen las fértiles tierras de la región, se encuentra Xilitla.

Este municipio con su embrujo es causante de sueños. Su paisaje singular e inacabable cultura subyuga a los visitantes y los hace rendir ante el encanto de cada uno de los elementos que la embellecen.

Aquí la inspiración nunca termina. En la comunidad de Cuartillo Viejo nació Pedro Rosa Acuña, compositor del “Querreque”, tema convertido en himno del huapango. Murió en Xilitla, cerca de La Joyita. La inspiración lo siguió hasta su último suspiro.

La crónica del día que falleció  don Pedro Rosa, dice que: “se sentó en la cama, pidió su violín y pese a su extrema debilidad, con sorprendente agilidad tocó algunos versos del San Lorenzo". Su sobrino Juan lo acompañó en la jarana.

Se dice que el último verso que cantó fue:

La primera luz que vi,
bajo todos los colores,
lugar donde yo nací:
Xilitla, tierra de amores.
La de San Luis Potosí,
esta es mi tierra señores.

Acto seguido Pedro exclamó: ¡Bueno, ái nos vemos! Se acostó de nuevo en su cama. Minutos después, sus hermanos se dieron cuenta que había fallecido.[1]

Otro personaje famoso en Xilitla, fue Edward James, un inglés excéntrico a quien en su tiempo varios xilitlenses consideraba un loco. Este hombre llegó a enriquecer el paisaje con una obra producto de “su realidad”. Multiplicó la majestuosidad de Xilitla al mandar edificar en el área de las pozas una serie de construcciones que fascinan a unos y desconciertan a otros.

Su fantástico proyecto fue compartido y llevado a la obra por dos oficiales queretanos, ambos nativos de Pinal de Amoles: José Aguilar Hernández, carpintero quien diseñó y fabricó los moldes para colar el concreto; y, Carmelo Muñoz Camacho, albañil bajo cuya dirección y supervisión se construyeron las estructuras de lo que actualmente se conoce como El Jardín Encantado de Las Pozas o El castillo surrealista de Sir Edward James[2].


Además de adentrarse en los senderos mágicos sin fin, las escaleras que llevan al infinito y a ningún lado, pasar entre columnas que no sostienen nada o puertas que no es posible abrir, Xilitla ofrece la oportunidad de gozar con otros atractivos turísticos. El Cerro de la Silleta; la cueva del Salitre y uno de los primeros conventos construidos en la Huasteca: San Agustín.

Después de estar en Xilitla, sabrá que tiene bien merecido el mote “La Atenas de la Huasteca”.


Fragmento del Libro
La Huasteca. Un paraíso compartido
Autor: José Guadalupe Arvizu -PEPEHUAPANGO-
Edición independiente con apoyo PACMYC
2009




[1] Festival de Huapango Pedro Rosa Acuña; folleto promocional  XIV Feria Regional del Café 2007.

Vegetación.
[2] Edward James. Arquitecto de la imaginación; Arturo Hernández Ochoa; 2008.
Fotografías deXilitla José Guadalupe Arvizu Olalde
Fotografías Tamasopo Griselda Rocha




Vegetación trepadora.
Caída de agua en las pozas.
Cascada en Tamasopo

En las pozas xilitlenses.

Cascadas.


Callejón xilitlense.

¡Mmmmm, zacahuil!

¡Mmmmm qué rico bocol!!!

Frente al exconvento de San Agustín.

A la entrada del Castillo surrealista
de Sir Edward James.

Detalles del castillo.

Detalles

Pilares en el castillo.

Entrada del castillo

La herrería del castillo



Descanso en el camino al cielo del castillo

Vegetación en la sierra de Xilitla.