1. REBELDES
CON CAUSA
En los últimos años de la década de los ochenta y primeros de los noventa, el ritmo de vida y difíciles circunstancias económicas de nuestro país, dan pie a la aceptación social generalizada para que la mujer se agregue como proveedora de recursos económicos a la familia, provocando un sesgo drástico en los patrones vigentes hasta entonces, al interior de la familia tradicional mexicana.
Las familias que en este caso me refiero,
son aquellas que se ubican en los niveles socio-económicos medio y bajo, las
que desde luego por su condición cuentan con menos herramientas de subsistencia,
ya que además de las económicas tendrá que enfrentar barreras para allegarse
las de tipo académico y por ende las intelectuales y viceversa., pues un
individuo al carecer de preparación académica se encuentra con más obstáculos
para acceder a la actividad productiva y por tanto a la obtención de ingresos
que le permitan satisfacer sus necesidades.
De tal manera que obligados por las
circunstancias los padres adoptaron -en mi opinión- incorrectamente, la actitud
de “educar” a los hijos de una forma relajada. Siendo realmente esto un
descuido, lo que relativamente, deriva en formación inadecuada de las nuevas
generaciones, ya que los hijos en lugar de ser lo que quieren, hacen lo que les
da la gana sin considerar las consecuencias de sus actos, adoptando patrones de
conducta que generalmente no son los más adecuados para el buen funcionamiento
de las sociedades en que son practicados. Caso concreto la sociedad
norteamericana, cuya cercanía con nuestro país es factor para ejercer cierta
influencia sobre nuestra gente, siendo las generaciones jóvenes, ya que muchos
adolescentes tienden a imitar, por desgracia, las conductas negativas de los vecinos
norteamericanos.
Actitudes de rebeldía hacia quienes representan
cierta autoridad; desgano, desinterés y falta de motivación al no contar
precisamente con un patrón conductual positivo a seguir; son las
características que encontramos en muchos niños y jóvenes. Si algún patrón de
conducta siguen, es el adoptado a partir de una imagen externa al del hogar,
las más de las veces con inclinación hacia las conductas negativas.
El héroe de la película o de los dibujos animados, el deportista (en este caso, por lo general es un futbolista el modelo) o el vecino, se convierten en el ejemplo a seguir. Por desgracia, el individuo que se encuentra en estas etapas, opta por integrar a su personalidad los defectos y no las virtudes o cualidades del sujeto admirado. Los niños casi siempre eligen al “malo”, porque es el “fuerte” o porque detenta el “poder” en la película, sin tomar en cuenta los desenlaces donde “el malo” tiene su castigo.
Esta postura comodina de los padres, ha
tenido como consecuencia que se pierda, relativamente, la posibilidad de los
adultos por asumir plenamente su papel social como guías de los niños y jóvenes.
A dos décadas de tomada esta forma de ser
padres, sin ser catastróficos, los efectos
sí han derivado en circunstancias un tanto difíciles. Sobre todo para las
nuevas generaciones quienes son los que se enfrentarán ante las diversas
situaciones que el mundo actual les presenta.
Sin descalificar el papel de los padres
modernos, pienso que la forma de guiar a los hijos podría mejorarse considerablemente
si se retoman aquellas maneras efectivas de educación y formación humana de
generaciones del pasado inmediato.
Las formas a que me refiero consistían en la
convivencia con los hijos. Los padres se daban un espacio de tiempo para hablar
con ellos y aconsejarlos sobre las ventajas que tiene un buen comportamiento,
empezando por inculcar principios como el respeto y la honradez. Algunas veces
hicieron uso del castigo y del correctivo que consistía en un golpe dado con la
palma de la mano en las nalgas. Esto último actualmente es visto como una
violación a los derechos humanos.
No pretendo formar padres con este sencillo
trabajo ¡Por supuesto que no! Mucho menos inmiscuirme en la forma de educar a
los hijos, pues consciente estoy que en toda la vida no se logrará ser un padre
perfecto; también estoy conciente que el aprendizaje como tal se adquiere día
tras día solo con la práctica cotidiana y acorde a las circunstancias que se le
presentan a cada quien. Pero sí tendremos mejores elementos en la sociedad, en
tanto se manejen procesos formativos del individuo con miras a una integridad
humana positiva.
Desde luego que también me doy cuenta de la
realidad económica existente en el país, por lo que entiendo que ambas cabezas
del hogar busquen el sustento, disminuyéndose así el tiempo de convivencia
intrafamiliar. Tomando en cuenta este factor es importante equilibrar la falta de tiempo con la calidad en la
convivencia familiar. Desafortunadamente con frecuencia muchos padres caen en
el error de querer compensar con dinero la carencia de comunicación y
convivencia con los hijos.
Ambos padres tienen que trabajar fuera de
casa, cuando el ingreso obtenido por uno solo no es suficiente, para de esta
forma conseguir mayor ingreso que les permita tener mejor calidad de vida. En muchos
casos, los dos están fuera del hogar la mayor parte del día por este hecho, de
ahí que la convivencia necesaria, y por ende la comunicación, se vean afectadas
considerablemente. Aunado al desinterés y falta de voluntad que muchas veces
acompaña al fastidio y cansancio que producen las actividades fuera de casa, así como al cambio drástico
interpersonal de los hijos, que de convivir con chicos de su edad llegan a un
ambiente donde por lo general los que creen que deben de dominar, así
textualmente, son los adultos. Ambas partes, los padres y los hijos, cooperan para
tener en casa una buena o deficiente convivencia.
Este aspecto puede ser combatido
satisfactoriamente comenzando por tomar una actitud propositiva.
A partir del momento que se vea el sentido
de vivir de manera armoniosa; de las ventajas y los beneficios tanto de la
comunicación como la convivencia, seguramente la actitud ante la vida, también
será diferente. Esto, como ganancia adicional proveerá a la sociedad de mejores
individuos, porque en principio, la formación individual con patrones positivos
de conducta, incrementa sustancialmente la probabilidad de integrar a la
sociedad una persona cuyos elementos formativos buscarán siempre el bien del
grupo social en que se desenvuelva.
La práctica de los modelos de conducta
aprendidos por los niños y jóvenes en el deporte u otra actividad, construirán
un ambiente de confianza y seguridad en sus compañeros, lo que por consecuencia
conlleva a la obtención de los resultados deseados.
Consideraré y me enfocaré principalmente al
deporte con el mayor número de simpatizantes en el mundo y por ser el área
deportiva en que me desenvuelvo: el fútbol. Repito que los temas referidos en
este libro son aplicables en cualquiera de los ámbitos en que se desarrolla el
ser humano
Actualmente
muchos de los jugadores que participan en los torneos de fútbol, sean niveles
amateur o profesional, observan conductas reprobables no solo como individuos
sino también como deportistas. La exagerada agresividad y falta de educación
que caracteriza a muchos de ellos, es tan elocuente que se percibe con mucha
facilidad a la distancia, aún a través de las cámaras de televisión cuando
hablamos de jugadores profesionales, cuyos partidos son trasmitidos por este
medio de comunicación. Además de la carencia
de disciplina, ello debemos agregar
su falta de gentileza. Por lo menos la mayoría de los jugadores así lo
demuestran a la hora de la competición.
Desafortunadamente
los patrones de conducta negativos de los adultos son adquiridos por los niños
y jóvenes que los advierten, mayormente cuando se trata de posturas observadas
en un jugador de los llamados “estrellas”. Esto se observa más en el fútbol, repito, por ser el deporte cuya práctica
predomina en el mundo.
Por
esta razón, y por ser el ámbito en que me desenvuelvo, tomo las reglas
establecidas por el International Board los juegos de fútbol soccer. Pues en
estas se define el rol de los jugadores (Regla 12) y del árbitro (Regla 5); como
participantes de un encuentro de fútbol. Para los primeros como reguladora de
la conducta. Concretamente en la Regla 12 se precisan las faltas e
incorrecciones en que incurran los jugadores y las sanciones respectivas que el
árbitro aplicará.
Es
importante que los jugadores, cualquiera que sea la disciplina deportiva que se
practique, sepan y entiendan que la tarea de calificar la existencia de una
falta o infracción a las reglas durante el desarrollo de juego corresponde a
los árbitros asignados para conducir un partido de fútbol, NADIE MÁS, ni
jugadores que están participando y mucho menos cuerpo técnico ni espectadores
tienen facultades para incidir en las decisiones de los árbitros. (Reglas 5 que
corresponde al ÁRBITRO y 6 que concierne a los ÁRBITROS ASISTENTES).
El sentido de ser padre es formar a los hombres que en el futuro sean
leales a sí mismos y a su sociedad.
Si lo haces, estarás satisfecho de
tu obra.
Capítulo 1
Obra: Disciplina básica del deportista Amateur.Juego y me divierto
Autor: José Guadalupe Arvizu Olalde
Año: 2006-2008
Con uno de los capitanes |
Tripleta en un torneo inter-escolar |
Otra tripleta |
Preparándome para el partido. |
Un jugador mostrando como fue la agresión. |
Torneo inter-prepas femenil Estadio Municipal Querétaro |
Al medio tiempo en Naucalpan, EdoMex. |
En futbol 7 Naucalpan, Edo Mex. |
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