sábado, 28 de septiembre de 2024

LITERATURA

 

Compartiré narrativas, relatos, ensayos y cualesquier texto que surja de mi creatividad que pudiera ser merecedor de ser plasmado a fin de mantenerlo para beneplácito de quienes lo lean.
Comenzaré con estos cuentos que escribí para mis nietas y mis nietos

El Conejo de Canina

Un día, Canina fue con sus papis a un rancho.

Un rancho es un lugar ubicado en el campo, fuera de la ciudad, donde se respira aire puro y se conocen todas las personas, unas con otras.

En el campo no hay coches ni edificios grandes que tapen el paso de los rayos del sol ni las ráfagas de aire limpio pero sí puede haber mucha vegetación, es decir, árboles, magueyes, flores de variados colores y también diversos animales.

Canina y sus papás llegaron a la casa donde vive el señor Tacho.

 El señor Tacho es tío de Canina. 

Al señor Tacho le gusta criar animales. Por eso tiene borregos, gallinas, patos y puercos en unos corrales que construyó en el terreno de su casa.

¡Ahhh. También cría conejos!

A los conejos les gusta hacer sus madrigueras en el suelo, por eso los tiene en una jaula grande para que no escarben en la tierra.

A Canina le gustó un conejo pachoncito, o sea, muy peludo y acolchonadito. El señor Tacho le dijo que se lo regalaba con la condición que lo cuidara mucho.

Entonces Canina les pidió permiso a sus papás para tener al conejo en casa. Porque a los papás hay que pedirles permiso para hacer algunas cosas. Sobre todo si se trata de tener su apoyo.

Ellos le dijeron que sí, pero advirtiendo que ella debería ocuparse de mantener limpio el lugar donde va a vivir y además de seguir siendo una niña obediente y aseada.

Para empezar, le puso un nombre. Con ayuda de su abuelo le escogió uno. De ahora en adelante se llamará Blas. ¡Qué difícil fue llamarlo así! La niña le puso Blas para cantarle “A dónde vas, Conejo Blas, con esa maleta cargándola atrás…”. Porque esa tonada se la cantaba su abuelo casi todos los días.

El papá de Canina le construyó una casita a Blas.


Por supuesto que Canina se encarga de alimentar a Blas. Le da muchos vegetales, porque a los conejos les gustan los vegetales. También le pone agua en una charola de lata para que beba cuando tenga sed.

Ahora Canina se porta bien y además come verduras como Blas. También le gustan los vegetales por eso le dice a su mami que le dé de comer zanahorias, calabacitas, lechuga, brócoli.

Canina aprendió que si se alimenta adecuadamente, crecerá grande, fuerte y muy sana.


 José Guadalupe Arvizu Olalde

2013



Dorado

Es verano. La familia viaja muy contenta en el automóvil sedán azul metálico.

Papá y mamá decidieron hacer un viaje a la playa. Por eso los tres van cantando felices por realizar el viaje. Bebé duerme por ratos durante el trayecto. Como en casa por las noches, Mami le narra algunos cuentos mientras ella dormita imaginando las escenas de los relatos de Mamá.

Después de un largo viaje por fin llegan a Acapulco. Se instalan en el hotel donde pernoctarán y de inmediato salen a una hermosa playa cercana. Mamá y papá le ponen un bonito un traje de baño muy llamativo, con rayas de colores.

-¡Qué bonito es el mar! –Exclama Bebé a la vez que corre a encontrarse con las olas.

Papá y mamá le dijeron a Bebé que no se alejara mucho de ellos, porque puede ser peligroso ya que aún está muy pequeña para afrontar algunas situaciones. Los obedece y por eso permanece cerca de ellos. Solo llega hasta donde sus pies apenas son rozados por el agua que viene del mar.

-¡Huy, qué rico se siente! ¡Y muy fresco!- Grita al sentir que las olas mojan los dedos y las plantas de sus pequeñísimos pies.

 

-¡Una sombrilla! Voy a sentarme en la arena.

Mami le ayuda a acomodarse bajo la enorme sombrilla de colores.

Bebé admira como se agitan las olas del mar.

Bebé también lleva sus juguetes para divertirse en la arena de la playa. Con la pala hará un hoyo grande donde quepa ella y se pueda cubrir con arena.

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 Papá y mamá le platican cuentos que hablan de animalitos y entre los personajes hay muchos pececitos. Su favorito es uno que narra de El Dorado, un pez muy vivaracho que vorazmente se alimenta cuando le ponen la comida en la pecera. Sabe que el mar es como la casa de los peces pues ahí viven muchos de todos los tamaños y colores.

A ella le fascina escuchar esos cuentos tan bonitos y se ha llegado a imaginar que tiene una mascota como El Dorado.

Bebé y sus papás estuvieron tres días en Acapulco. Disfrutaron de las delicias del sol, del agua de mar y de todo lo que se pueda gustar como la comida típica de la costa y las golosinas que venden los comerciantes en la playa. Regresan muy contentos a casa después de estar juntos todos esos días.

Bebé es una nena afortunada porque además tiene una tía muy bonita que la mima mucho. Ella es maestra en una escuela y también le platica cuentos y canciones muy tiernas. Por eso cuando su tía le da consejos, Bebé la obedece. Cuando llegan a casa, Bebé se pone muy feliz por ver de nuevo a su tía.

Bebé quiere jugar con ella, pero ya es tarde. Papá y mamá deberán ir al otro día a trabajar. Así que es momento de descansar. Mami le lee un cuento a Bebé ¿Sabes cuál es? Es el que trata de El Dorado y sus amigos. Bebé está muy contenta pues ahora ya sabe dónde viven los pececitos como El Dorado.

 También otros animalitos marinos como el cangrejo, el hipocampo y otros muy grandes como la ballena y el tiburón.

¡Huy! Bebé aprendió muchas cosas con este viaje y también con lo que le enseña su tía.

Bebé crece como todas la personas y adquiere responsabilidades propias de su edad. Llegó el momento de ir a la escuela. Desde el primer día, mami la arregla para que siempre sea puntual y aseada. Se baña, se peina, se pone el uniforme; desayuna porque quiere crecer grandota y sana. Después, su mami o su tía la llevan a la escuela porque aún está muy pequeña para irse sola.

Llega muy contenta porque estará con sus amiguitos y la maestra les enseñará canciones y les leerá cuentos mientras se enseñan a leer y a escribir.

Todas las niñas y todos los niños de su salón tratan de aprender la lección.

Un día, al regresar Bebé de la escuela a casa con su mami, ve sobre la mesa una pecera redonda con agua y una ramita adentro.

Ella se preguntó ¿Qué significará esto?

Por eso corrió hasta la pecera y descubrió que atrás de la ramita verde estaba un hermoso pececito dorado.

Mamá le dijo que su papi vio cómo le gustan los peces y decidió obsequiarle uno pidiéndole como condición que se portara bien obedeciendo a sus mayores, especialmente a mami, a su tía y a él. ¡Ah! Y que cuidara del pececito.

Por supuesto que a todo dijo que sí y para empezar a cuidar de su mascota, le puso un nombre.

¿Cómo crees que se llama su pez?

Por supuesto que DORADO, como el de los cuentos que le platican las personas que más la aman: SU MAMI, SU PAPI Y SU TÍA. 

Y colorín, colorado… se acaba el cuento de EL DORADO