El Conejo de Canina
Un día, Canina fue con sus papis a un rancho.
Un rancho es un lugar ubicado en el campo, fuera de la ciudad,
donde se respira aire puro y se conocen todas las personas, unas con otras.
En el campo no hay coches ni edificios grandes que tapen el paso
de los rayos del sol ni las ráfagas de aire limpio pero sí puede haber mucha
vegetación, es decir, árboles, magueyes, flores de variados colores y también
diversos animales.
Canina y sus papás llegaron a la casa donde vive el señor Tacho.
El señor Tacho es tío de Canina.
Al señor
Tacho le gusta criar animales. Por eso tiene borregos, gallinas, patos y
puercos en unos corrales que construyó en el terreno de su casa.
¡Ahhh. También cría conejos!
A los conejos les gusta hacer sus madrigueras en el suelo, por
eso los tiene en una jaula grande para que no escarben en la tierra.
A Canina le gustó un conejo pachoncito, o sea, muy peludo y
acolchonadito. El señor Tacho le dijo que se lo regalaba con la condición que
lo cuidara mucho.
Entonces Canina les pidió permiso a
sus papás para tener al conejo en casa. Porque a los papás hay que pedirles
permiso para hacer algunas cosas. Sobre todo si se trata de tener su apoyo.
Ellos le dijeron que sí, pero advirtiendo que ella debería
ocuparse de mantener limpio el lugar donde va a vivir y además de seguir siendo
una niña obediente y aseada.
Para empezar, le puso un nombre. Con ayuda de su abuelo le
escogió uno. De ahora en adelante se llamará Blas. ¡Qué difícil fue llamarlo
así! La niña le puso Blas para cantarle “A dónde vas, Conejo Blas, con esa
maleta cargándola atrás…”. Porque esa tonada se la cantaba su abuelo casi todos
los días.
El papá de Canina le construyó una casita a Blas.
Por supuesto que Canina se encarga de alimentar a Blas. Le da
muchos vegetales, porque a los conejos les gustan los vegetales. También le
pone agua en una charola de lata para que beba cuando tenga sed.
Ahora Canina se porta bien y además come verduras como Blas.
También le gustan los vegetales por eso le dice a su mami que le dé de comer
zanahorias, calabacitas, lechuga, brócoli.
Canina aprendió que si se alimenta adecuadamente, crecerá grande,
fuerte y muy sana.
Papá y
mamá decidieron hacer un
viaje a la playa. Por eso los tres van cantando felices por realizar el viaje.
Bebé duerme por ratos durante el trayecto. Como en casa por las noches, Mami le
narra algunos cuentos mientras ella dormita imaginando las escenas de los relatos
de Mamá.
-¡Qué bonito es el mar! –Exclama Bebé a la vez que corre a encontrarse
con las olas.
Papá y mamá le dijeron a Bebé que no se alejara mucho de
ellos, porque puede ser peligroso ya que aún está muy pequeña para afrontar
algunas situaciones. Los obedece y por eso permanece cerca de ellos. Solo llega
hasta donde sus pies apenas son rozados por el agua que viene del mar.
-¡Una sombrilla! Voy a sentarme en la arena.
Mami le ayuda a acomodarse bajo la enorme sombrilla de
colores.
Bebé admira como se agitan las olas del mar.
Bebé también lleva sus juguetes para divertirse en la arena de la playa. Con la pala hará un hoyo grande donde quepa ella y se pueda cubrir con arena.
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Papá y mamá le platican cuentos que hablan de animalitos y entre los personajes hay muchos pececitos. Su favorito es uno que narra de El Dorado, un pez muy vivaracho que vorazmente se alimenta cuando le ponen la comida en la pecera. Sabe que el mar es como la casa de los peces pues ahí viven muchos de todos los tamaños y colores.
Bebé y sus papás estuvieron tres días en
Acapulco. Disfrutaron de las delicias del sol, del agua de mar y de todo lo que
se pueda gustar como la comida típica de la costa y las golosinas que venden
los comerciantes en la playa. Regresan muy contentos a casa después de estar
juntos todos esos días.
Bebé es una nena afortunada porque
además tiene una tía muy bonita que la mima mucho. Ella es maestra en una
escuela y también le platica cuentos y canciones muy tiernas. Por eso cuando su
tía le da consejos, Bebé la obedece. Cuando llegan a casa, Bebé se pone muy
feliz por ver de nuevo a su tía.
Bebé quiere jugar con ella, pero ya es tarde. Papá y mamá
deberán ir al otro día a trabajar. Así que es momento de descansar. Mami le lee
un cuento a Bebé ¿Sabes cuál es? Es el que trata de El Dorado y sus amigos.
Bebé está muy contenta pues ahora ya sabe dónde viven los pececitos como El
Dorado.
También otros
animalitos marinos como el cangrejo, el hipocampo y otros muy grandes como la
ballena y el tiburón.
¡Huy! Bebé aprendió muchas cosas con este viaje y también con
lo que le enseña su tía.
Llega muy contenta porque estará con sus amiguitos y la
maestra les enseñará canciones y les leerá cuentos mientras se enseñan a leer y
a escribir.
Todas las niñas y todos los niños de su salón tratan de
aprender la lección.
Un día, al regresar Bebé de la escuela a casa con su mami, ve
sobre la mesa una pecera redonda con agua y una ramita adentro.
Ella se preguntó ¿Qué significará esto?
Por eso corrió hasta la pecera y descubrió que atrás de la
ramita verde estaba un hermoso pececito dorado.
Mamá le dijo que su papi vio cómo le gustan los peces y
decidió obsequiarle uno pidiéndole como condición que se portara bien
obedeciendo a sus mayores, especialmente a mami, a su tía y a él. ¡Ah! Y que
cuidara del pececito.
Por supuesto que a todo dijo que sí y para empezar a cuidar
de su mascota, le puso un nombre.
¿Cómo crees que se llama su pez?
Por supuesto que DORADO, como el de los cuentos que le platican las personas que más la aman: SU MAMI, SU PAPI Y SU TÍA.